Esta nueva
situación de aislamiento social nos plantea ante todo incertidumbre y
desconcierto. Ante estas sensaciones
nuevas por momentos nos desorganizamos, cambiamos hábitos y rutinas sin
pensarlo. Es importante replantearnos la
reorganización del tiempo. Lograr establecer rutinas aún cuando percibamos que
tenemos tiempo. Un hábito se construye o
reconstruye en 20 días sin embargo la pandemia impacta en nuestro nivel de
alerta y provoca ansiedad que nos desorganiza en comportamientos, y rutinas.
En relación a
los niños las rutinas y hábitos favorecen la construcción de la personalidad y
de lo cognitivo.
Por eso es
necesario ordenar horarios y momentos para actividades escolares, actividades
recreativas y tareas del hogar. Siempre
considerando aquello que los niños y/o adolescentes pueden hacer de acuerdo a
su edad.
A veces ayuda
armar un horario junto con ellos.
Entre todos
quedándonos en casa nos cuidamos.
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